Oraciones

Oración comienzo Estoril 4 junio 2012
¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!

Contemplamos la escena

ú  Contempla la imagen: aparece un Ángel y María. Mira los colores: blanco, rojo, dorado,  azul.  Fíjate  que  es  un  mosaico  con  teselas  de  diferentes  tamaños. Estamos ante un icono.

ú  Ahora  pon  tu  mirada  en  los  rostros  de  María  y  del  Ángel.  Fíjate  hacia  donde miran. Los dos de perfil: María hacia abajo y el Ángel a María. Los dos tienen una expresión de serenidad, paz, tranquilidad.

ú  Estamos ante el acontecimiento más grande que podamos presenciar: Dios, por medio  del  Ángel,  anuncia  a  María  que  va  a  ser  Madre  de  Dios  y  le  pide  su consentimiento. Nos encontramos con la escena de la Anunciación.

ú  El ángel anuncia la Palabra de Dios, representada por ese pliego de papel dorado que va desde su mano a María. Se aprecia la escucha y la aceptación de parte de María. El Ángel toma su ala con una mano para entrar sin hacer ruido.

ú  Contempla  la  actitud  de  María:  no  se  sobresalta,  en  su  rostro  hay  paz  y serenidad. Continúa en sus quehaceres y acepta lo que viene de Dios. Acoge la Palabra recibida de la Alto, pero no se queda con ella. Su mano tiende abierta hacia  los  demás.  Fíjate  en  el  ovillo.  Es  el  germen  de  la  Palabra.  Ya  Dios  y  su Palabra habitan en ella. Es Jesús a quien comienza a tejer, María, en su interior.

Escuchamos la escena: Lc 1, 26-38
Reflexión

Introduciéndose en su presencia, el ángel no duda en saludar a la joven. El saludo a una mujer no era praxis obvia entre judíos; el que recibe la doncella no tiene parangón en el Antiguo Testamento (cf. Gn 16,8; Jdt 13,3).

La costumbre en Palestina era desearse la paz (Lc 10,5; 24,36; Jn 19,3; 20,19.26); el ángel utiliza la formulación griega, común en Palestina (Hch 15,23; 23,26; Sant 1,1), que permite un juego de palabras: salud a ti, que has experimentado la salvación. Pero más que deseo el saludo es exhortación a la alegría: alégrate (Lc 1,14; 2,10); antes de que se le anuncie a ella el hijo y la salvación al pueblo, se le impone la dicha; su implicación personal comienza con el gozo impuesto. La alegría es el sentimiento adecuado para quien va a saberse elegida de Dios.

[…] El saludo angélico es tan insólito como la misión que va a introducir. Pero eso sí: antes de decirle a la doncella lo que Dios quiere de ella le ha expresado cuánto la ha querido; previo a darle la encomienda, le ha descubierto la elección. Gabriel habla de la gracia de Dios, no de los méritos de María. Se inicia, pues, la historia de la vocación de María (cf. Jue 6, 12-24), asegurándole Dios su asistencia antes de identificarle la tarea. El servicio que ha de prestar María se inicia con alegría. Y es que su misión, el hijo, será la alegría del pueblo (Lc  2,10).

Juan José Bartolomé, Dichosa tú, que has creído. Las etapas del camino de fe de María, Editorial CCS, Madrid, 2006. Págs. 24-26.

EN ESTE MOMENTO, QUÉ NOS DICE A NOSOTRAS LA PALABRA

ORAMOS LA ESCENA
María: Tú has sido escogida por Dios.
Él te ha regalado sus dones.
Reconociste lo poco que eras,
según tu mirar,
y Él te hizo la llena de gracia,
la bendita entre todas las mujeres.
Dios te hizo su Madre
y tú has vivido tu vida con sencillez.
Te pedimos, Madre,
que vayamos por la vida
reconociendo la mano de Dios
dándole las gracias por todo lo que nos regala;
saltando de gozo por lo mucho que nos ama.
Madre, danos ojos para descubrir las maravillas
que Dios va realizando en nuestras vidas.

Oración comienzo Madrid 2 diciembre 2012


ADVIENTO del 2012
Iniciamos un año litúrgico.

En él volveremos de nuevo a recordar cuanto Dios ha realizado en nuestro favor a lo largo de toda la historia, como Señor de ella que es. Así podremos imaginarnos mejor lo que estaría dispuesto a realizar por nosotros en nuestra pequeña historia, si le permitiéramos ser señor de ella.

Esta memoria del Dios que fue para bien de la humanidad y del Dios que puede ser para nuestro bien, nos debe conducir a una acción de gracias mejor motivada que nos lleve a una conversión a Él más permanente.

Y comenzamos, como cada año, con el tiempo de Adviento, en el que la iglesia quiere educarnos a vivir en la espera ilusionada del Señor que se acerca y en la vigilante preocupación por adelantar ese momento, su 'hora'.

Escuchamos a Jeremías el profeta:
Mirad que días vienen-oráculo de Yahveh- en que confirmaré la buena palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella sazón haré brotar para David un Germen justo, y practicará el derecho y la justicia en la tierra. En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén vivirá en seguro. Y así se la llamará: "Yahveh, justicia nuestra." (33,14-16)

Salmo  24

Señor, enséñame tus caminos, 
instrúyeme en tus sendas, 
haz que camine con lealtad; 
enséñame porque tú eres mi Dios y Salvador.

El Señor es bueno y recto, 
y enseña el camino a los pecadores; 
hace caminar a los humildes con rectitud, 
enseña su camino a los humildes. 

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad, 
para los que guardan su alianza y sus mandatos. 
El Señor se confía con sus fieles 
y les da a conocer su alianza.

Audición canto: ALÉGRATE, MARÍA

¡Alégrate María!, llena de gracia, predilecta de Dios.
¡Alégrate!, porque el Señor está contigo.
¿Qué significa aquel saludo?, es el anuncio del ángel.
No temas María, darás a luz un hijo, Él será grande.

Su reino no tendrá fin, Dios le dará el trono de David.
El Espíritu Santo vendrá sobre ti, tu hijo será santo.

María respondió “soy la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
¡Este es el Sí que al hombre salva!

Movimiento Apostólico de Schoensttat